El Santo Padre mostró su preocupación por los problemas sociales que se están viviendo en América en general.

 

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Le preocupan las elecciones en Estados Unidos por la falta de una atención más viva a la situación social de los más pobres y excluidos. Le preocupan los conflictos sociales, económicos y políticos de Venezuela, Brasil, Bolivia y Argentina…De pronto se puede estar pasando a un “golpe de estado blanco” en algunos países. Le preocupan las carencias del pueblo haitiano y la falta de diálogo de las autoridades de los países que comparten la isla, Haití y República Dominicana, a fin de encontrar una solución legal a los migrantes y desplazados. Le preocupa la manera de entender lo que es un estado laico y el papel de la libertad religiosa por parte de algunas autoridades mexicanas.
Al Papa le anima ver el avance que se está dando en los procesos de paz en Colombia; le anima igualmente su próximo viaje a este país para hacer la visita pastoral a un pueblo que ha sido tan golpeado por la violencia y que necesita emprender caminos de perdón y reconciliación.
El Papa se entusiasma cuando comienza a hablar de la Patria Grande que es América Latina y de los esfuerzos que no deben cesar para lograr la integración de nuestros pueblos. Para esto se necesitan acercar posiciones, restablecer el diálogo social y buscar soluciones mancomunadas a los desafíos que presenta el mundo de hoy.